23 dic 2010

Lake Nakuru National Park, el emporio del animalito salvaje... flamengos y descontrol...

Lake Nakuru National Park...
Nos fuimos de Kakamega una lluviosa mañana de vaya a saber uno qué mes, con la intención de llegar a un lugar llamado Nakuru, el que aparentemente estaba bastante bueno, que valía la pena, que patatí, que patatá, que black samurai, que Alpha Blondy, por lo que decidimos apostar todo a negro y arrancamos. Salió rojo, pero de todas formas decidimos continuar, aunque ya sin nada en los bolsillos, más que la esperanza de encontrar algún alma caritativa que nos lleve hacia destino. Así fue que nos encontramos con un sinfín de personas dispuestas a ayudar, pero a ayudar poco. No sé porqué, pero en casi todo este tramo se empesinaron en llevarnos de a veinte kilómetros, hecho que terminó resultando irritante y tedioso, pero que en cualquier caso de todas maneras sólo se puede agradecer.

Ciudad de Nakuru...

 Cada parada, una banana...
Lake Nakuru desde el sucucho con super vista...
En fin: entre pitos, flautas, lluvias siderales, y personajes extravagantes, conocimos a Ben, quien nos llevó en su super camioneta directamente hacia el centro Nakuru, y como si nos conociera desde hace mucho paró en un bar, nos obligó a entrar, y pidió cerveza y carne asada para todos. El corazón se me resintió y no me caí seco de pedo. ¡Ben... Sos tan lindo! La gran primer sorpresa fue corroborar que la carne en Nakuru es muy barata y de muy buena calidad. Llenos de felicidad entonces, comimos, tomamos, y conseguimos un sucucho de mala muerte donde plantamos la base de operaciones para los días siguientes.
Pájaro coqueto...
Ciervo posando para la foto...
Nakuru es, principalmente y por sobre todas las cosas, un emporio de la vida salvaje. vida que se encuentra toda junta dentro de un parque nacional que reposa en el lago del mismo nombre, que se hizo archiconocido por contar entre sus riquezas una giganto población de flamengos; y entre otras atracciones no menores, animales como el rinoceronte blanco, hienas, leopardos, búfalos, avestruces, cebras, kudus, monos... y casi todo animal que tengan ganas de imaginarse, menos tigres. Por todo esto y por mucho más, el Lake Nakuru National Park es la atracción estrella y el lugar más costoso para acceder. Por si todo esto le pareciera poco, además está lleno de chinos.

 
Monito que estaba boludeando por la puerta del Parque Nacional...

En algún momento nos acercamos hasta la puerta a testearlo, mirar los precios, tomar algunas notas y sacar conclusiones. Las cosas estaban un poco más difíciles para meterse de contrabando, ya que el predio del parque es relativamente chico, cosa que hace que las probabilidades de que te vean aumenten demasiado. Otra cosa que nos desalentó es que había más rangers que animales. Y por si esto no fuera suficiente, había demasiados animales poco amistosos. Y nuevamente: está lleno de chinos, que si bien no son para nada peligrosos (por ahora), uno corre el riesgo que le saquen fotos hasta morir.

Así fue que con todos estos datos bajo el brazo, más una cierta presión de que era uno de los últimos lugares para asistir al encuentro de este tipo de vida salvaje, nos fuimos a reflexionar al pueblo, a comer un poco de carne, y a recorrer algunos de sus rincones.


Esa foto tormentosa...
Búfalos...
"¿Qué mirá'?"... "No... ¿vó qué mirá?"...
Debemos afirmar que Nakuru es por demás agradable. Lo único que rompe su monotonía y su ritmo son las llamativas carnicerías-bar, que no son más que bares carnicería, donde principalmente se toma cerveza hasta caerse de la silla y se come carne por kilo que uno elige directamente de las medias reses que siempre están colgadas en sus vidrieras... y que se asan impunemente en el momento.

Mientras uno gula desenfrenadamente, alguna minita más que cantar, grita alguna canción de fonda para borrachos. También se pueden intercambiar sonrisas con un sinfín de prostitutas que no paran de mirar e incomodar, y si la noche es completa y se tiene una pizca más de suerte, presenciar un par de roscasos que se intercambian los borrachines más ebrios, el posterior quilombo con la policía, y cómo, mágicamente, y como si nada hubiera sucedido, todo vuelve en escasos segundos a la normalidad. Alucinante, tremendo y sublime a la vez...

Espectáculo de flamengos en estado natural...
Nuestro amigazo... el pájaro abuelo...
Descubrimos y recorrimos algunos otros antros de mala muerte, en los que tuvimos la suerte de que algún gordito que quería deslumbrar a la noviecita, nos invitara una cuántas cervezas... un tipo que claramente quería demostrar solvencia económica y generosidad a la vez. Por desgracia su novia era extremadamente atorranta. Era obvio que le daba lo mismo búfalo que mono, por lo que cualquiera que le hubiera apretado medio acelerador se la afanaba en medio track de baile.

Lalala... Así concurrieron nuestros días, entre borrachos, carne asada, y el acertijo de la entrada al parque nacional que en algún momento decidimos que finalmente íbamos a pagar. No sin decir que con bastante recelo y bastantes dudas, ya que con la plata de la entrada se pueden hacer otro montón de cosas, pero en fin: a cerrar los ojos y ver que pasa.

Pasan cosas lindas.... como este rinocerante blanco...
Demasiado Heidi...
Ponele la corona... una hiena vagabunda...
La mañana que teníamos agendado el particular evento cargamos nuestra mochila con frutas, agua y cosas básicas, y nos fuimos caminando sin parar hasta la entrada. Como no teníamos vehículo propio, le sacamos cara a unas pibas americanas que estaban con su camioneta a punto de entrar, como casi forzándolas a que nos lleven. Deliberaron un par de minutos y nos dijeron que sí.

Resumiendo: las pibas la mejor y el parque una locura extraplanetaria. No creo que haya forma de transcribir tanta belleza... Igualmente y para ser 100% sincero, más allá de lo alucinante e increíble del lugar, igual nos quedamos con el sin sabor que genera pagar para estas cosas, andar en un jeep, que te lleven, que te manejen los tiempos... Lo que defino como comprarse el "combo", esa cosa prearmada y berreta que siempre despierta sentimientos de desconfianza.

Bueno, los dejamos en compañía de algunas fotos y nos vemos en la próxima. Un abrazo y gracias por llegasr hasta acá.

En primer plano...
El famoso mono de bolas azules...
Familia de baboons mezclados en la maleza...
Los famosos flamencos en vuelo...

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