3 may 2012

Viaje por África despide al 50% de la felicidad…

El 50% de la felicidad, vuelvan pronto, los extrañamos...
Este post no se propone describir nuevamente los dos lugares que fueron los escenarios de tanta despedida y momentos de vacío poco experimentados. Dheli primero, y una segunda estadía en Mac Leod Ganj, fueron las instancias que avisaron y sentenciaron que otra de las mil y una noches de este Viaje por Asia 1.0, había llegado a su fin. Así es nuestros queridos amigos, la vida de viaje si algo acumula de la misma forma que aprendizaje, y casi en directa proporción con él, son despedidas.
 
Y las despedidas aunque uno no quiera, o lo sepa evitar, manejar o desdibujar, siempre conllevan sentimientos de tristeza, o melancolía, o al menos eso de “que lástima, lo voy a extrañar”. Una sensación en general de gratitud eterna, y porque no, una leve introducción a algún tipo de sentimiento que no tiene ni forma, ni materialización, ni explicación alguna, y que sólo puede ser percibido íntegramente, luego de cierto período de tiempo, cuando una vez limpio de contenidos puramente emotivos, se deja ver nítidamente. Así uno re-aprende a mensurar la felicidad y a navegar los infinitos estadíos de la misma, y principalmente aceptar que todo lo que tiene un principio, inevitablemente y duela por donde duela, también tiene un final.
 
Atravesamos estos últimos momentos acompañando hasta el avión a la dama del grupo, Agustina “La Rubia” Olivera, a quien se le vencía el plazo para apersonarse en la “vida real” y retomar posiciones en su cuartel de trabajo, quienes de lo contrario se mostrarían muy enojados por el desacato y se verían empujados a tomar decisiones tajantes para con su humanidad, que por lo que sabemos, trasciende ampliamente a su profesión y a sus obligaciones.

La acompañamos hasta exactamente el lugar que había arribado, y vimos como se polarizaban las imágenes de uno y otro estadío. Personalmente le di rienda suelta a mis más profundas emociones, mientras mi cerebro me regalaba un tour por las imágenes más marcadas de su estadía. Algo así como ver un pedazo de vida en un segundo. La típica imagen bufarra de la felicidad y el cambio. Nada nuevo: fin de una etapa, reacomodamiento y cierta resurrección renga.

Y digo resurrección renga porque de la próxima partida estábamos a no más de cinco días. Federico había decidido darse un tiempito más con nosotros, descansar, y amainar la excitación en tranquilos días que nos verían surfeando una gran cantidad de nada, en uno de los lugares más intensos y trascendentes del último mes, Mc Leod Ganj.


Esas construcciones al paso...
En la escalera más memorable de Mac Leod Ganj...
En ese viaje hacia Mc Leod Ganj ví muy nítidamente que mi cabeza se había vuelto irresponsable y negadora, y empecé a perder todas mis pertenencias con una rapidez poco conocida. Aunque fueron boludeces sin valor, no lo eran en términos simbólicos. La gorra con la que atravesé África y mi último par de zapatillas se volaron,  la primera en un tren, las segundas en un colectivo. 

Y si me daban más tiempo, o algún otro medio de transporte, estoy casi seguro que también se me hubiera volado la cabeza. En el medio perdí ropa y elementos de menor importancia que también marcaban una rebeldía encubierta hacia la realidad. Una forma psico huelguista muy conocida que denotaba mis pocas ganas de acatamiento a lo que estaba por venir. 
 
Allí fue que a pesar de todo esto, nos encontramos nuevamente a una de nuestras amigas de Mumbai: Erika. Apenas la vimos nos pusimos muy contentos, pero en los segundos siguientes notamos que estaba bastante enferma y que no podía casi caminar a raíz de alguna de las típicas intoxicaciones con comida, agua y otros. 

Como donde duermen tres pueden dormir hasta quince, le hicimos un lugar en nuestra archi conocida posada, y la invitamos a "nadear" y a que se repusiera con nosotros, que a pesar de estar ciertamente heridos, éramos tres, y sin ningún lugar a dudas, la podríamos cuidar. Aceptó contenta y nos fuimos todos juntos a descansar.


Banda de fascinerosos con nuestra tana preferida...
Erika y Fede... Los dos en recuperación...
Hermosura a lo Mac Leod Ganj...
Este tiempo en Mc Leod Ganj fue de comunión y tranquilidad. Fumando, durmiendo y caminando muy lento, cada uno se entregó a sus actividades. Fede empezó a hacerse dibujante de historietas (que por cierto le salían bastante bien). Dibujaba y producía a lo Marcello, que básicamente significa sin descansar o darse respiros. 

Juli la siguió un poco a Erika en la enfermedad, y además de fumando non stop, se lo vió ocupando el baño en esas misma e ininterrumpida condición. Yo empecé a hacer fuerza cerebral para tratar de incorporar y anticipar lo que iba a pasar, que básicamente era que Federico se iba y nosotros estábamos a punto de empezar nuevamente, por un cierto período de tiempo, una vida sedentaria, que luego de estos últimos veinte meses, me parecía sin ningún lugar a dudas, el máximo de los horrores.
 
De todas maneras nos dejamos llevar, le pusimos el pecho a las balas, pero también nos pusimos a llorar, y en medio de ese llanto interno, conocimos un par de personas dignas de destacar. Por un lado unos iraníes que estaban de vacaciones por algunos días en India, con quienes logramos una linda comunidad que sentaría las bases para una posible y futura incursión en aquella zona de medio oriente

Resultaba ser que algunos de ellos filmaban documentales, hecho que automáticamente nos puso en charla, hasta que llegamos a dar un puntapié inicial para tratar de realizar una coproducción para el 2012 o el 2013. Nos ofrecieron alojamiento y algunas cosas extras que Federico automáticamente se puso a considerar, para luego mirarme de nuevo con esos ojos enfermos y decirme: “el año que viene hacemos Irán, Siria y Pakistán”. Yo, que con el tema de viajar tengo el sí más fácil que la Cicciolina, dije: “sí, te espero en Julio...”, “No, fines de Agosto...”. “Sos muy petero Fede...”... Pero quedó Agosto, y conociendo a Marcello, es Octubre, pero no importa... Ya veremos... Todavía falta un rato...

Pasaron algunas otras cosas, pero estos post de despedida a mi me cuestan más que los otros, y eso ya es decir demasiado. Si tengo que ser sincero, me tiñen el día de gris, y lo único que pienso es que me quiero ir de acá. Así que para ser leal a esto, les voy a decir chau y esperarlos en la próxima, cuando lo único que reste es conocer un pueblito llamado Rewalsar (al que iríamos acompañados por una amiga australiana llamada “Bonnie”), pueblo que elegimos para disfrutar un par de días los dos integrantes que estuvimos presentes sin ausencias en este largo tiempo de viaje.
 

La banda eterna de Gaona y Boyacá...
La Rubia y Fede se llevaron una gran parte de nuestra felicidad, o simbolismos que de ella se desprenden. A descifrar estos códigos nos fuimos... A relajar, a pensar, a equilibrar, y a tomar coraje para un viaje maratónico y un cambio a medias de vida. Hay que volver a trabajar, pero mucho más que eso, a dejar reposar un poco el mambo y empezar a destilar... Hasta la próxima, hasta el último lugar a investigar en este “Viaje por África” que finalmente se transformó en "Viaje por Asia 1.0" o “Viaje por donde pinte” y que continuará quizás para siempre. Un gran abrazo.

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